¿Quo Vadis, Cristina?… Ahora el gobierno dice que Nisman fue asesinado

Cristina Kirchner, quo vadis?

Cristina Kirchner muda de opinión como de ropa. La falta de seriedad institucional y hasta equilibrio psicológico de la mandataria es alarmante.

En un giro absoluto de su discurso, la presidente Cristina Kirchner publicó hoy una extensa carta donde avala que el fiscal Alberto Nisman fue asesinado. Ante la enorme cantidad de pruebas que desacreditaban la hipótesis del suicidio, teoría que la propia mandataria y todos sus funcionarios y voceros defendieron a rajatabla hasta hace pocas horas, ahora el gobierno tuvo que admitir que el caso se trata de un homicidio. La presidente dijo textualmente que «está convencida» que «no fue suicidio», e incluso sostuvo que «hoy no tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas». Sin embargo, también volvió a cargar contra la denuncia del fiscal contra ella y varios de sus funcionarios por encubrimiento, afirmando que está basada en «pistas falsas».

El cambio presidencial descolocó a muchos funcionarios, en especial a Sergio Berni, quien en la mañana del lunes había dicho que «todo indica que se trata de un suicidio». Berni resultó especialmente golpeado en la nueva carta, ya que la presidente cuestionó tácitamente el desempeño del Secretario de Seguridad en un singular párrafo donde pregunta: «Resulta muy conveniente que se ordenen sumarios e investigaciones lo más rápidamente posible sobre la propia custodia del Fiscal Nisman. Esto es: los 10 policías federales. ¿Si informaron inmediatamente de descubierto el hecho al 911 o a sus superiores?». Hoy, el funcionario tuvo que alinearse con el nuevo discurso de la Casa Rosada y sostuvo que “la teoría del suicidio cada vez queda un poco más lejos». Luego fue más lejos y reconoció que “alguien pudo haber salido” por la puerta de servicio del departamento del fiscal. “Cuando dice el cerrajero que la puerta estaba abierta, quiere decir que no estaba puesta con dos vueltas de llave. Eso no es un dato menor, porque eso significa que alguien pudo haber salido por esa puerta», admitió. Por otra parte, el Secretario General de la Presidencia, Aníbal Fernández, dijo por su parte que «las cosas se ponen cada vez más extrañas».

De acuerdo a la nueva línea oficial, las sospechas se intentan volcar sobre agentes de inteligencia disidentes, a quienes se busca acusar de la muerte del fiscal. El principal acusado por Cristina Kirchner es Jaime Stiusso, uno de los espías con más poder en el Servicio de Inteligencia hasta que fue removido por la presidente en diciembre. En la carta, Stiusso es mencionado 11 veces, en las que se insiste en la idea de que el agente «usó» al fiscal y le «plantó» pruebas falsas. En forma temeraria, la mandataria conjeturó: «Lo usaron vivo y lo después necesitaban muerto. Así de triste y terrible». Paralelamente, hace especial hincapié en el presunto papel que habría jugado Diego Lagomarsino, el especialista en informática que trabajaba en la fiscalía y que le alcanzó el arma calibre .22 a Nisman el día sábado. Lagomarsino, quien tiene actualmente custodia policial por orden del juez Ariel Lijo, quien investiga la denuncia del fiscal Nisman contra el gobierno, difundió su versión de los hechos a través de un matutino porteño, donde revela que Jaime Stiusso le había advertido a Nisman que desconfiara de los guardias de la Policía Federal y que protegiera a sus hijas.

Un punto llamativo del nuevo mensaje presidencial es que se despega de la figura de Luis D´Elía, a quien evita mencionar. En estos días el dirigente piquetero se ha llamado a silencio, y nadie del gobierno lo defiende. Al ser consultado sobre él y Fernando Esteche, otro imputado en la denuncia de Nisman, Aníbal Fernández tomó rápida distancia y respondió: «No discuto ese tema, son ciudadanos comunes que tienen que dirimir cosas en el marco de un tribunal si son citados a declarar».

Los otros dos imputados, el ex juez Héctor Yrimia y el misterioso Allan Bogado, sindicados por Nisman como agentes de inteligencia, también han sido desconocidos por el gobierno. Yrimia se defendió emitiendo un comunicado en el que sostiene que no tiene nada que ver con la causa, mientras Bogado permanece en silencio y con custodia, y de acuerdo al diario Clarín «teme por su vida» por lo que se presentará a declarar cuando el juez Lijo lo cite. El diario La Nación publicó hoy un artículo titulado «Lo niegan, pero Bogado se movía como espía», donde se revelan los vínculos de este personaje con Oscar Parrilli y Jaime Stiusso, su actuación como enlace con la agrupación Quebracho, su trabajo en la Triple Frontera y en Estados Unidos. El periodista Hernán Cappiello describe a Bogado con las siguientes palabras: «Se movía como el catalizador, capaz de unir el mundo del crimen, de los jueces y los policías con el de la política donde se movía con aires de influyente. Hacía gala de tener información de casos policiales que luego se corroboraban en los expedientes».

La fiscal Viviana Fein, que investiga la muerte de Nisman, indicó que la carátula de la causa es «muerte dudosa», y que se avanzarán en nuevas pericias. Fein, fuertemente cuestionada por su cercanía con la Procuradora General Gils Carbó, aún insiste en no querer citar a Sergio Berni a pesar de que el funcionario sigue sin poder explicar qué hacía en el departamento de Nisman en la noche del domingo, y hoy afirmó que tampoco quiere llamar a declarar a Jaime Stiusso, quien podría aportar información muy importante.

En definitiva, la carta presidencial quebró el discurso oficial sobre la muerte de Nisman, dejó nuevamente al descubierto la falta de seriedad institucional y hasta el equilibrio emocional y psicológico de la máxima autoridad de este gobierno y provocó un fuerte malestar en ministros y funcionarios que no comprenden cuál es la estrategia de Cristina Kirchner, si es que realmente tiene alguna…

Redacción de Libre Opinión
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